martes, agosto 24, 2004

Visitante

Sucede que en las noches te visito
y te envuelvo y te respiro...
mientras el frío y la noche derriban ángeles,
en una nube de quimeras tu aliento se vuelve fuego... bruma.
Me paseo por tu cuello y exploro las dunas en tu piel,
me deslizo hasta tu centro y te hiero en el vientre...
me pierdo en tu selva y me sumerjo en ese manantial infinito
de espuma y savia, hasta casi ahogarme... hasta sentirte latiendo...
De repente, me detengo...
empapado, te arrullo y te duermo despacio;
como un gusano desaparezco silencioso de tu cielo,
para caerme de nuevo a este abismo de espasmos y deseos...
mientras tanto... sueño que te sueño.


C.M.