sábado, julio 24, 2004

Despertares...

Abrí los ojos... esta mañana.... me paré al filo de la cama y sigilosamente me asomé al abismo.... dormí demasiado... eran las 12 del día... y tengo gripe... en mis sueños vi a mi abuela y a mi madre... vi también a una mujer desconocida, vestida de blanco, que me invitaba a tomarla de la mano e irme con ella... el corazón me temblaba... de miedo... de nervios... no sé porqué... el despertador sonó varias veces... lo apagué... dormí hasta que fue demasiada la luz y por fin me arriesgué a abrir los ojos... parado en una encrucijada podía ver de un lado el pasado y del otro... sueños, esperanza, ganas de ir a.... hambre....
Anoche leía a 
Alice... escribió sobre los recuerdos, sobre el pasado y las ausencias presentes... y creo que es cierto... es inevitable... nuestra vida se construye de recuerdos... cada uno teje su historia con momentos que ha vivido... y vivimos así... ligados al pasado... que cómo decía ella, a veces nos duele y otras nos engrandece... pero siempre late el suspiro... ese que nos lleva allá atrás... donde yacen las sombras de eso que fuimos o nos rodeó algún día...hoy ya muy lejano... A veces yo me enredo con esas sombras, ahí adentro... en ese túnel largo  y en su mayor parte oscuro... me sumerjo en mis recuerdos y al tocar el fondo siempre me empapa la nostalgia... (me viene a la mente una frase de Sabines que alguna vez cité en otro post...)
 
"¿Es que hacemos las cosas sólo para recordarlas? ¿Es que vivimos sólo para tener memoria de nuestra vida? Porque sucede que hasta la esperanza es memoria y que el deseo es el recuerdo de lo que ha de venir."
 
...y es que hoy abrí los ojos y el pecho me temblaba... mi habitación yacía en un absoluto silencio... la soledad era mi única compañera... y algo me tocaba la espalda y me susurraba al oído... algo que me animaba a pararme al pie de la cama... a correr el riesgo, a abrir los brazos y dejarme ir...
Sé que aunque sea tan seductor ese mi pretérito y me guste acariciarlo de vez en cuando, para por instantes sentirme allí de nuevo... debo enfocarme más en el presente y pensar también en el futuro... debo vivir...
Estando ahí sonó el celular... era mi madre... "Falleció el tío Valentín"... "se quedó viendo la tele y lo hallaron muerto la mañana siguiente"... el silenció creció en mi habitación...... pobre tío Vale... se le extinguió la vida... así nomás... precisamente como cuando uno apaga el televisor y toda la luz que de éste emerge, se convierte en una delgada línea verdi-azul que al final se funde en un diminuto punto... y dura un segundo... y ¡pum!... desaparece........ Me quedé pensando en la transitoriedad de la vida... ahí... al pie de la cama...pasaron como 17 minutos y decidí aventarme... dejar las quejas... los temores... la oscuridad, la nostalgia y el silencio... Salí a desayunar al mercado de cerca... a rodearme de gente, de vida... saludé al señor de los periódicos, eché un vistazo a los diarios y me entere del mundo... entré a una tienda por un yogurth y sonreí a la cajera... ella me devolvió el gesto... ya en el puesto del mercado ordené algo... y mientras bebía un jugo de naranja escuché el canto de un borracho que se revolcaba en el suelo cerca de ahí... estaba alegre... También oí la voz de la mujer que ofrecía tendederos o estropajos por 5 pesos... para luego ella comprarse, con las pocas ganancias, algo de pan, de esperanza, de vida....  A medida que el tiempo arrastraba los segundos, yo abría más los oídos... y escuchaba más y más... me llené de ruidos, de movimiento, de luz, de aire, de más vida.... seguía almorzando, cuando de repente, una mosca aterrizó en mi hombro... la quedé viendo... no me dió asco ni nada similar... era una mosca... nació mosca y morirá como mosca, de seguro muy pronto... su ciclo no es muy largo... es su destino... quizá alguien menos considerado que yo le adelantará su suerte... pero eso no cambiaría su condición efímera.... yo nací humano... es mi destino... y comparado con el universo... mi ciclo es nada también... y pensaba... aún siendo transitorios... nos gusta tanto extraviamos en ese túnel de sombras... nos seduce tanto el pasado... donde están esos que quisimos... a los que les entregamos lo mejor de nosotros... donde sembramos y florecen los recuerdos... el miedo... la tristeza... donde acariciamos las ausencias... donde regresamos para sonreir o para (como masoquistas) dolernos un tanto el corazón... pero con todo eso, nos gusta estar ahí... rodeados de recuerdos... esos recuerdos que tienen algo de espejo... una superficie a veces plana, otras oblicua, cóncava o convexa... esos recuerdos nos dan miedo, porque traen algo de locura en sí, una fuerza obesa que hiere, rasga o mata, de ahí que sean pocos los que se entregan con fruición a su recolecta.... yo solía hacerlo... era uno de esos... ya no lo deseo tanto... quisiera dejarlos en paz... quizá volver a ellos sólo en días de nubes grises y de frío... pero ya no más... por que hieren... duelen... lloran... y es que pienso en el tío Valentín... cincuenta y tantos tenía el pobre... y ya no está más acá... perdiendose de lo que viene... de sus hijos, de su mujer... de su trabajo... de él mismo... yo no deseo perderme de mí mismo y de todo lo que aún me falta... lo que puedo sembrar allá adelante... por eso... al terminar mi desayuno caminé por la ciudad... y saludé a la gente y camine descalzo en el parque... sobre el pasto... y me acordé de los míos y sonreí... (porque claro... también laten los buenos recuerdos... -aunque los que en mayor parte nos atrapan son los otros... o más bien, por los que nos dejamos atrapar-...)
... y caminé más... y me compré un algodon de azúcar (color azul) y me llené de aire los pulmones (a pesar de la gripe)... y caminé... y llegué aquí... a la computadora... a escribir de hoy... del hoy que ya no está... ¿y qué es lo que viene?... trabajar... sacar unos pendientes... escuchar unos buenos discos... más tarde cocinar (me compré verduras en el mercado y tengo una botella de vino) cocinaré pasta... y seguiré trabajando... hasta la noche... quizá vea una película... quizá siga leyendo el libro del buró (que empecé por fin hace poco...) y más tarde dormiré y soñaré... y mañana será otro día... un nuevo día para caminar... para simplemente....despertar... y vivir...

"Mi corazón me recuerda que he de llorar por el tiempo que se ha ido, por el que se va.

Agua del tiempo que corre, muerte abajo, tumba abajo, no volverá.

Me muero todos los días sin darme cuenta, y está mi cuerpo girando en la palma de la muerte como un trompo de verdad (...)

(...) yo soy el tiempo que pasa, es mi muerte la que va en los relojes andando hacia atrás."  J. Sabines