viernes, julio 09, 2004

...y brotaron las alas y sólo quedó mi sombra...

...si tan sólo supiéramos cuántos segundos dura un instante o cuántas lágrimas ha derramado el mundo, conoceríamos también la ruta que siguen las hojas cuando hastiadas, deciden remontar el vuelo...
...si supiéramos de que material están hechos los sueños o con que hilo se teje la esperanza sabríamos también por qué el polvo se revuelca en los recuerdos y en ocasiones nos mancilla el espíritu...
Si tan sólo pudiéramos saber de qué materia están hechos esos recuerdos... la nostalgia... quizá nos daría miedo...
Hoy, como el alquimista en su laboratorio, tan sólo intento reconstruir añejos recuerdos para romper el miedo, ese temor de intoxicarme con el polvo viejo de mi historia...
...y es que sucede que uno es humano y cae... pero ocurre también que las cicatrices en mi espalda le abrieron paso a un nuevo par de alas... porque lo maravilloso es que siempre existe la oportunidad de sacudirse y remontar el vuelo...
...sí... ocurrió... al fin... el reencuentro con el viento y el azul se dio una vez más... allá en la selva... entre el humo y las montañas... pero antes de contarles tan sólo deseo aclarar algo: no pretendo hacer un drama de mi vida... en efecto, la estática me revolvió el ánimo hace unas semanas dejando sólo rastros de polvo húmedo y astillas en el suelo... llegó un punto donde la monotonía y la apatía eran tales que mis ojos no podían ver allende mi nariz... y así... ciego, sin alas y con el espíritu hundido en el lodo me movía en mi mundo sin más remedio que el caminar... a la deriva... sin rumbo... era la inercia la que guiaba mis pasos... La ausencia de alas para volar me trajo tristeza y desaliento... y cargué con eso por un tiempo...
Ir al sur me hizo replantear cosas importantes... como darle oportunidad a la piel y a mi espíritu de sanar las heridas...
Esta vez... la selva de Chiapas me pareció más verde y azul que nunca... el reencuentro con esa tierra pródiga bastó para enjuagarme las heridas... El universo parecía diminuto comparado con el cúmulo de milagros que me tope por allá...
Hubo polvo... siempre hay polvo (pero uno distinto, uno que limpia, que acaricia, que sana...), hubo fiesta, tierra, rostros nuevos ("maestros" de distintas ciudades aportando su grano de arena allá en la prepa)... hubo historias de gatos, pecas y sueños de unicornios... paletas tix-tix... hubo cascadas, posh, nostalgia, río (hay río azul desde siempre)... hubo sonrisas, niños anfibio, verde, fuego, luna llena, krankys, piedras que lastiman pies, tortillas, amigos, mucho azul, baile, alegría, tamales, lágrimas, nubes que dibujaban sueños y figuras... mis niños (Chepina, Pimpo, Soco, Yaneth y Ruzbel Alegría, Felipin...), hubo maíz, comida (mucha!)... y lo mejor de todo es que Oaxaca, Jalisco, Puebla, el D.F. y Sinaloa cabían en Chiapas como estrellas caben en su cielo..... Tulijá es la tierra de los hombres verdaderos, indígenas tzeltales que entregan el corazón a manos llenas... es la tierra que enaltece el corazón humano... donde el agua de su río y el humo del fogón son designios de un universo prodigioso y el remedio para las alas rotas..... el sur me devolvió los ojos y pude disfrutar de la inocencia con que el universo se expresa por esos lugares... allá el destino dibuja un cielo muy oscuro para cobijar a las estrellas... las piedras del camino laten sonrientes como niños... y las hojas nunca tocan el suelo... tienen alas...
...allá el tiempo nunca cambia y el sol anuncia las 12 a las 12... el crepúsculo adormita rojo-naranja en la cuna del horizonte y la noche te abraza cálida... tanto, que no existe el frío ni el miedo...
...me hundí en el río... y lejos de extraviarme en el fondo, el agua limpió las lesiones del hastío y me lavó el rostro de la melancolía.... no llovieron ángeles pero si colores... por eso es nueva mi sonrisa... por eso ayer caminé descalzo sobre la calle empedrada de siempre... aquí en Xalapa... por eso escuché de nuevo las voces de las piedras y el aliento de la noche sobre mis hombros... por eso el viento soplo de nuevo y mis pies abandonaron el mundo... por eso mi sombra quedó prendida del piso mientras yo cantaba y agitaba los brazos en busca de un nuevo amanecer... allí... entre las montañas y la bruma... ahora aquí... en la ciudad de lluvia...

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Foto:Carlos

Gracias María, Paola, Pili, Pablo, Ernesto, Marigel, Luz, Cesar, Jorge, Carlos, Tulijá... por contagiarme de su luz allá en el sur...

Gracias Cellista, Almen, Azul, Jules, Nay, Don Etico, Lex, Luna, Anais... por estar... por los mails, por los encuentros, las letras, por el ánimo contagiado, por tomarse un instante para visitar... un abrazo sincero del lado izquierdo...

Probablemente de todos nuestros sentimientos, el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.” Julio Cortázar

... y sucede que siempre hay esperanza...