sábado, marzo 19, 2005

La gota que derramó el vaso...

Misma gota que a muchos les vale, pero que a algunos cuantos llena más sus bolsillos...

Después de varias experiencias similares, anoche realmente me molesté... Fui a SAMS a comprar unas cosas y mi cuenta total fue de $242.70 Al pagar con 250 pesos, el cajero me devolvió solamente 7 pesos, cuando en el ticket decía claramente “Cambio: 7.30”. Con gesto sonriente me dijo “Su cambio señor, buenas noches"... cuadró a ceros su caja registradora, la cerró, giró y se dispuso a atender al siguiente cliente... sin siquiera decirme nada...

- Oye me faltan 30 centavos... le dije
- Es que no tengo monedas de centavos...
- Entonces por favor al menos avísame...
- Y con un gesto de “Mmm, peleando por míseros 30 centavos” se medio disculpó pero no se inmutó...
- A ver dime ¿te quedas tú con los 30 centavos?
- No
- ¿Entonces quién?
- Mmm... pues la empresa...
- Entonces de 30 en 30 o de 10 en 10 es un negociazo para la empresa ¿o me equivoco?
- Pues puede ser Señor...
- No puede ser –corregí- ¡Lo és!... y además necesito devolver cambio exacto o a mí me lo cobran... (vil pretexto para ver qué proponía)
- Pues no le puedo dar 50 centavos, pero déjeme conseguir sus monedas...

A pesar del rostro de impaciencia de los demás clientes... el numerito lo hice sólo por un motivo: Sé que no estamos en Estados Unidos, por ejemplo, donde los pennys (centavos de dólar) se utilizan con mucho mayor frecuencia, porque sirven (y mucho)... o algún otro país, pero es por tal indiferencia ante casos como éste que los ricos siguen haciéndose ricos mientras que muchos están necesitados... La familia Walton debe estar muy contenta... son los dueños de la cadena de Wallmarts, SAMS y demás transnacionales que se llevan el dinero mexicano a arcas extranjeras jodiendo cada día más -por “insignificantes centavos”- nuestra economía (tanto nacional cómo per capita) Y son una de las familias más ricas del mundo con una fortuna por encima de los 18, 000 millones de dólares. Muchos no decimos nada respecto al famoso redondeo. Regalamos esos centavos que si nos ponemos a pensar, sí podrían servirnos. Es muy común que nos respondan al pagar en las tiendas: “No tengo cambio pero... le doy un chicle” Si fuéramos nosotros a los que nos faltaran 20 centavitos y les pidiéramos nos los perdonen, seguro que no saldríamos con nuestros productos bien contentos y listo. Nos mandarían a ya saben donde...

Hace años mi madre iba a un cine local, el "Cine Chiapas" (benditos tiempos en que no existían monopolios como Organización Ramírez –Cinépolis- o Cinemarks que nos robaran en las taquillas y sobretodo dulcerías, acaparando el mercado y haciendo ricos a sólo unos cuantos) En ese cine, me contó mi madre, solían darle chicles de cambio en la dulcería por falta de sencillo. Ja! ¡Qué sencillo! Se le ocurrió así una brillante idea. Juntó todos sus cambios. Así que un día mi mamá llegó a la taquilla y sonriendo dijo a la encargada: “¿Me da un boleto por favor?” depositando ante ella en el mostrador una cifra considerable de chicles. La cajera no entendía. Le dijo: “Señora, ¿es una broma?"... a lo que mi madre respondió: “De ninguna manera Srita. Son los cambios que me han dado en la dulcería cada vez que vengo... lo ahorré y con esto me alcanza ya para un boleto”... de final imagínense un PLOP de la encargada al estilo comic de Condorito. (si no conocen Condorito: Buuuu!! ) Que levante la mano al que no le haya pasado algo así... Ja! ¿A verdad? De 10 en 10 o de 30 en 30 centavitos sólo algunos se benefician (¡y vaya de que manera!) Centavos que bien pueden servirnos para ajustar el costo de un pasaje de ruta urbana o para nuestros chicles, propinas del super, o qué se yo... Uno piensa “10 centavos no me harán más pobre” Ja! ¡Que buena forma de verlo!... con conformismo, e incluso hasta soberbio... Señores! Esos centavos ¡son suyos! Metánlos a una alcancía (yo suelo hacerlo) y tiempo después esas insignificantes y curiosas moneditas pueden cambiarse por unos cuantos pesos que bien alcanzan para hacer ya un gasto útil. Esos 10 centavos no te harán más pobre (ojo con el empleo del más, Ja! En que concepto se tiene uno a veces no?) pero SI harán a los ricos MÁS ricos!! (de nuevo nótese el uso del Más). Cuiden su dinero... que bien cuesta ganarlo. Y todo para que los cajeros de las tiendas nos los intercambien por dulcecitos o de plano nos vendan a ese precio sus preciosas sonrisas y discursos de: “Le quedo a deber 20 centavos” Ja! A lo que siempre les respondo “¿Y... cuándo me los pagas?” (Entra a escena la 2ª sonrisa idiota del que me atiende) No es broma. A ver, se los quedo a deber yo? No, eso es IMPOSIBLE... (Que conste que no es por enfado que escribo tanto, este asunto es serio y hasta digno de una tesis) La nombraría: “Del Le quedo a deber 20 centavos al Felicidades Mr. Walton, su saldo incrementó un 3% este año" (exagero talvez) o qué se yo, nombres habría decenas...
Y con el asunto del redondeo para las fundaciones (ese que aplican en los supermercados) Mmm... tan sólo esperemos que NUESTROS centavos si lleguen a donde dicen que llegan y el nivel de vida, en algún aspecto -educacional o de salud-, mejore para aquellos afortunados que quepan dentro de tan altruistas programas –pensados en ocasiones por aquello de deducir impuestos- y no sólo por pura buena onda... pero en fin... quizá si junto mis chicles pueda hacerle la competencia al Sr. Adams y poner mi propio negocio... sólo que no podré dar de cambio los chicles porque si no ¿luego que vendo? Jajaja otro caso digno de risas... seguro les ha pasado... en fin... también aguas! que en muchas tiendas la pantalla de la caja, tras la suma, dice que su cuenta es de, por ejemplo, 39.60 y con tan sólo aplastar un botón lo convierten en $40... y te dicen sonriendo: “Son 40 pesos señor”... no señores.. por algo el Banco de México aún emite las monedas de 10 y 20 centavos creo yo... si no las ven circulando es porque se las quedan los ricos pues! Jajaja... si son 39.60 yo al menos, si quiero mis 40 centavos... que tal que traigo 10 en la bolsa... JA! Con eso ya me alcanza para mi chicle pero ojo... chicle que compraré cuando yo lo desee... y no cuando otros lo decidan... ja! Redondeos a mí! Jajaja! bueno... ahí les dejo la reflexión... cuídense, cuiden su dinero... y mucha suerte! Un abrazo...